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El placer de ser Cornudo !!!


¿Cuantos de ustedes se han preguntado por qué ser cornudo es tan excitante y emocionante? ¿Por qué algo tan aparentemente humillante y castrante te "enciende”? ¿Cuántos de ustedes han empezado ya a tener una erección con tan solo leer esta introducción pensando en una mujer que le pone los cuernos a su pareja? 

 ¡Eso pensé yo!

Y si no, sólo tiene que buscar en internet cuántos foros hay de cornudos que desean siéndolo y compartiéndolo.


Bueno, hay estudios del fenómeno de "la emoción del cornudo" durante muchos años, y mi intención es explicar con este artículo el cómo y el porqué de la emoción de ésta emoción de ser cornudos. Este artículo está extraido de la red y espero ayude en su función. Si la parte biológica es aburrida o confusa, sean tolerantes conmigo, intentaré poner todo en lenguaje corriente (nunca mejor dicho).



Lo que deben entender es que aún cargamos la misma biología que cargaron nuestros ancestros en la Edad de piedra. Nuestra razón de ser en este mundo (biológicamente hablando) es procrear hijos con el fin de continuar con la inquebrantable línea genética en el acervo de genes. La razón por la que estás aquí, es por que tus ancestros tuvieron hijos y nietos durante incontables generaciones. ¡Felicidades! ¡Vienes de una línea exitosa de ancestros quienes se las arreglaron para inseminar mujeres y han florecido!

Ahora, ¿Cómo es que las mujeres y los hombres seleccionan biológicamente con quien procrear? Hombres y mujeres tenemos diferentes métodos y diferentes prioridades para esto.

Los hombres seleccionan mujeres con piernas largas, caderas formadas, senos grandes, y caras bonitas. En otras palabras, quieren follar con mujeres hermosas. Enfrentémoslo, ¿a quien preferirían follar, a Rosie O’Donnell o a Jennifer López?

Cerebro y cuerpo piden que esa mujer sea sana para, por ende, tener hijos sanos.

La programación genética en los hombres les dice que vayan e impregnen tantas bellezas como puedan, para así tener tantos hijos como puedan. Los hombres buscan cantidad, no necesariamente calidad, porque tienen la habilidad de expandir su semilla, lo cual incrementa sus oportunidades de tener más hijos.


Las mujeres buscamos calidad, no cantidad. Estamos programadas para buscar hombres altos y musculosos, con fuertes y anchos hombros y brazos fuertes. Éstas son señales de que el hombre será lo suficientemente fuerte para protegernos, y para ser buenos cazadores y proveedores para nuestros hijos, y si tienen penes grandes, nos impregnarán más fácilmente y nos darán mucho placer. A estos muchachos los llaman sementales. Estos sementales producen hijos sanos y bien parecidos. Ese es el porqué de que las mujeres prefiramos a Antonio Banderas sobre Danny De Vitto.
Cuándo un semental hace contacto con una belleza, el sexo es verdaderamente bueno. Ambos disfrutan los orgasmos, lo que alentará la procreación de un hijo. ¡Super sexo! ¡Sexo increíble! ¡Orgasmos fantásticos!

Hombres y mujeres emiten sustancias químicas en sus aromas naturales llamadas feromonas. Las feromonas son como perfumes. Cuando los miembros del sexo opuesto las inhalan, el cuerpo del inhalador procesa información acerca de la persona que está exudando las feromonas. Éste proceso se da de manera subconsciente en una parte del cerebro llamada sinapsis. Al oler el perfume natural de un hombre, tu cuerpo está procesando información acerca de su sistema inmunológico, su genética, y está calculando sí ella será o no una buena pareja sexual. Es por eso que las mujeres se sienten atraídas a ciertos hombres, y es por eso que seleccionan a un hombre específico para ser sus esposos, porque las feromonas de ellos les dijeron que era un buen partido. Esto hace que se enamoren de ellos. Lo mismo les pasó a ellos. Las feromonas de su pareja le dijeron que ella era un buen partido. Sin embargo, esto no significa que ellos sean la pareja perfecta para ella, sino simplemente la mejor disponible en el momento.

La ventaja en la selección la tiene la mujer. Si ella es una tiene los adjetivos que hemos descrito, por lo general tendrá varios sementales persiguiéndola, exudando sus feromonas y tratando de atraerla. Ella usualmente seleccionará el mejor para ella, pero si después aparece un mejor partido, un semental, ella siempre estará tentada a hacer el cambio por esa mejor pareja si se le presentara la oportunidad. Las mujeres suelen ser criaturas volubles en este sentido.


Cuando un hombre y una mujer hacen el amor, intercambian más feromonas químicas, que se pasan durante un beso francés o por la eyaculación dentro de ella. Estos químicos causan que en la pareja se adhiera el uno al otro. Este vínculo es tan fuerte como la calidad de la pareja en la sinapsis de la mujer. Pero un "hombre superior" puede romper este vínculo y crear uno nuevo con ella si él puede hacer que ella experimente sus feromonas. Ella cambiará y se sentirá atada a su nuevo amante. Aunque eso no significa que en la sociedad actual, ella vaya a romper el vínculo con su anterior amante. Ya sabemos que los momentos actuales no permiten cambiar de la noche a la mañana. Pero psíquicamente, ella estará atraida por el nuevo amante.

Cuando se separa una pareja por un tiempo, el hombre acumula deseo por ella, así como dudas de su fidelidad. Cuando la pareja vuelva a hacer el amor por primera vez, después de regresar de un viaje de pesca, o después de que ella haya estado fuera todo el día y la noche con sus amigas, la eyaculación será casi el doble en cantidad, por el solo hecho de estar ante la posibilidad de que ella te haya sido infiel y pueda tener el semen de otro hombre en su vagina. Ésta reacción es llamada la "competencia del semen", y esos orgasmos experimentados por el hombre al regresar con su pareja, son muy poderosos de verdad. Seguro que lo habeis experimentado alguna vez. La ausencia hace crecer el cariño y también hace que el pene esté más duro, y los testículos más productivos.


Ahora, los cuernos son la situación donde la mujer ha sido infiel. Si su pareja comprueba esto de manera implícita inclusive, la reacción de la competencia de esperma lo atacará, produciendo más y más esperma la siguiente ocasión en que ella esté cerca, sin importar que hagan el amor o no. Cuando veas a tu esposa haciéndolo con un "hombre superior", tu reacción de competencia de semen te hará desear eyacular, y eyacular fuerte. A pesar de la humillación y los celos por lo que está pasando, en tu mente también tiene lugar la reacción de la competencia del semen, pudiendo superar tus sentimientos de rabia y celos hasta descubrir que estás experimentando un placer enorme al darte cuenta que, tal estado emocional, te hace eyacular más fuerte y con mucho más semen que en condiciones normales.
Éste será el componente principal que te cause el que te guste que tu pareja te sea infiel frente a ti. ¡Tu cuerpo estará tan comprometido a competir con su amante y de tal modo, que podrás eyacular simplemente al verlos. Es un truco de la naturaleza, ¡ni siquiera es una perversión!

Ahora, un poco más de la reacción de la esposa. Aun cuando ella tiene una pareja (tú mismo) y te ame mucho, estará siempre vulnerable a las feromonas de un súper semental. Si un "hombre superior" se cruza en su camino y a través de sus feromonas le dice a ella que es un partido superior a ti, ella se sentirá atraída hacia él, y aparecerá un deseo de tener sexo con él. Si continúan haciendo contacto social, eventualmente ella intentará atraerlo para aparearse con él. Es su naturaleza. Si la atracción es mutua, el semental tomará las feromonas que ella esté exudando, y los dos sentirán deseo por el otro. Encontraran la forma de tener sexo, y reunir sus poderes de procreación. Conforme hacen el amor, un lazo sexual se formará entre ellos e intercambiaran feromonas. ¡Pero eso no será todo!
Cuando tu esposa hace el amor con su "hombre superior" repetidamente, ella se convertirá automáticamente en su pareja "sexual". ¡Él te la habrá robado!

He aquí como: dado que tienen relaciones sexuales, ella está tomando las feromomas de él a través de sus besos y mediante la eyaculación. Su cuerpo va a reconocer su composición genética superior y se reprogramará para reaccionar a su esencia y sus atenciones sexuales con más fuerza que con cualquier otra persona, incluyéndote a ti. Sus orgasmos más fuertes y más agradables serán los que obtenga con su nuevo amante, que tiene genes superiores y, por lo general, unos órganos sexuales de mayor tamaño. Ella lo deseará sexualmente, aunque no le guste como persona y aún te ame a ti, y ni se plantee dejarte. Su instinto animal hará que ella reaccione hacia él y lo desee. Cuando él está cerca, sus pechos se hincharán, y sus jugos fluirán. Ella comenzará a emitir sus propias feromonas, y ambos se calentarán uno al otro, incluso delante de ti. Es un proceso que no se puede detener. Es parecido al enamoramiento. (El enamoramiento conlleva más procesos).
¡Él ahora es su compañero sexual primario y eso es todo!
De hecho, ahora le pertenece.

Él hombre está programado para tener muchas compañeras y ella está programada para tener al mejor compañero. Es la naturaleza humana. Esto explica la lucha de los hombres por distribuir sus semillas por todos lados.


Ahora viene la parte más divertida y espectacular del proceso:

¡tú también reaccionas a las feromomas del amante de tu esposa!


Dentro de cada hombre existen algunas características femeninas. Cuando tú inhalas las feromonas del amante de tu esposa, tu cuerpo también procesa la información de sus genes. Sí te arrodillas y hueles el coño a tu esposa con la esencia de él y tienes una erección, significará que estás reaccionando a las feromonas superiores de él mezcladas con las de ella. Es una reacción natural. Si tú ingieres sus feromonas besando a tu esposa, los mismos lazos químicos que le causan a ella sentirse atada a él, repercutirán en ti al sentirte atado a ella, siempre que sus genes sean superiores a los tuyos. Tu lado femenino desarrollará un gusto por su esperma. ¿Que te parece?
Los dos (tu esposa y tú) se atarán sexualmente a él, que es un "semental".

El hecho de que éste "hombre superior" los haya conquistado, hace que tu esposa lo desee más todavía. El se ha puesto entre los dos y te ha robado a tu mujer.
¡Pero también ha logrado gustarte! El verlos o escucharlos hacer el amor, o el olor y sabor después de sus encuentros sexuales hace que tu reacción de competencia de espera genere mucho semen, exigiéndote su liberación rápida, aquí radica la emoción de sentir los cuernos.


Por supuesto, todo esto es químico-biológico y no tiene efecto en el intelecto.
El resto es psicología. Él es, después de todo, un hombre superior (sexualmente), así que es mejor amante que tú. Es tu instinto de competir con él lo que te hace querer eyacular rápidamente. Tu cuerpo no sabe que tiene el “poder de permanencia” sobre tu sexy esposa, y sólo está ansioso por poner tu semen en competencia. Es por eso que tú eyaculas solo viéndolos, tu cuerpo "dispara el arma". El “poder de retención” es artificial, algo que puede ser practicado y aprendido. En la Edad de piedra los hombres tenían que terminar rápido, pues mientras estuvieran teniendo sexo eran vulnerables a ataques de otros hombres.


Lo de la inferioridad es cosa femenina (existe en todos los hombres, incluso en los sementales). Tú quieres que él sepa que es superior porque, después de todo, ¡realmente lo es! Es tu lado femenino que se siente atraído hacia él también. Recuerda, todo esto está tomando lugar en tu sinapsis, no en tu mente consciente o incluso en un nivel superior de tu mente subconsciente. No significa que tú seas homosexual, o nada parecido. Él tendría la misma reacción ante un hombre que fuera superior a él, descuida.

La emoción que sientes ante la humillación se debe a la “reacción de competencia de esperma”, la envidia del pene, y el hecho de que tu esposa ha seguido la selección natural (la teoría de Darwin) para preferir a alguien por encima de ti.
Es la respuesta física lo que hace que te excites, no la respuesta mental.

Pronto, las emociones de celos y humillación se convierten en factores desencadenantes de sensaciones más fuertes.
Es por eso que los sentimientos de insuficiencia y menosprecio parecen alimentar tu deseo de ser cornudo. Y solo por que tu esposa tenga amantes físicos, no significa que ella te vaya a abandonar o que dejará de quererte.

Tú usas tu respuesta física para ayudar a la emoción mental de todo eso. Si fueras una persona débil mentalmente, no podrías soportar que ellos hicieran el amor frente a ti, y reaccionarías diferente; tal vez poniéndote violento. La ruptura sería asegurada. En cambio, en las parejas que aceptan el juego de tres, no tienen este riesgo. Saben que no tiene nada que ver. Si un día el matrimonio decide separarse, no es por que hay entrado un tercero en juego, sino porque las cosas de la pareja no funcionaban. En cambio, cuando la pareja inicial está unida, tal como he explicado antes, son los dos miembros de la pareja, los que parece ser estar en un estado de enamoramiento con el "hombre superior". Es en este estado en el que están la mayoría de parejas que aceptan a terceros en los encuentros sexuales.




Aniversari especial 18



Ceremonia de celebración:

Te pasaré a buscar a las 20.40 puntual con el coche grande y lujoso.

No picaré a la puerta, y cuando mi ama esté dispuesta y arreglada, saldrá. Estaré atento a su salida, y saldré a abrirle la puerta del coche. Podrá escojer sentarse delante o detrás, indicándomelo al entrar en el coche. Dependerá de su libre elección. El sentarse detrás ya sería un primer símbolo de aceptación de su estado de Ama.

Irá muy bien arreglada, y por supuesto con talones altos. Símbolo de su superioridad y feminidad. Aunque muy tapada por un abrigo largo.

Le preguntaré si le apetece ir a la mejor cerveceria de España. Si ella acepta, pondremos rumbo a ella en Mataró. Una vez lleguemos, la dejaré lo más cerca de la puerta, y saldré a abrirle la puerta. Le indicaré que entre mientras voy a aparcar.

Mientras busco un aparcamiento, ella entrará y se sentará con la reserva que tendrá hecha a su nombre. Si le apetece pedirá algo para pasar la espera hasta que llegue yo.

Llegaré y le pediré permiso para sentarme. Accederá, y ni tan sólo me dejará ver la carta. En ese momento veré que lleva un collar del símbolo de mi amor a mi ama. Un escalofrío de felicidad me recorrerá el cuerpo al verlo, aparte de darme cuenta que llevará un escote de infarto.

Pedirá lo que realmente le apetezca, sin importar el precio. Pedirá para ella y para mi. Lo que pida me parecerá perfecto. Durante la cena observo que está en su nuevo rol de ama. Se mira a los otros hombres, que desde luego no disimulan cuando pasan por nuestro lado, ni el camarero, que no se pierde ni una vista del escote. Me pregunta si me molesta que los otros hombres la miren con deseo. Le contesto que no, que soy feliz de que les guste a los otros hombres. Yo tengo la suerte de poder complacerla cada día.

Cenaremos y tomaremos varias cervezas, hasta que llegue la hora de salir. Evidentemente, pedirá la cuenta, y me ordenará que pague. Evidentemente pagaré de mi cuenta personal, que sirve para los caprichos de mi ama.

Iré a buscar el coche, y procederemos a hacer la acción inversa. Traeré el coche a la puerta, y saldré a abrirle la puerta a mi ama. Nuevamente ella decidirá donde sentarse. Ella decidirá donde vamos. Si le apetece una copa, le apetece ir a casa o a cualquier lugar.

Y no os voy a contar más porque es elección de mi ama ...



El masajeador asiático

Salí con mi marido de cena y nos apetecía un restaurante asiático, pues hacía tiempo no visitábamos ninguno, por lo que visitamos uno hindú para degustar su comida. Nos sentamos en un rincón pues nos gusta la tranquilidad aunque estaba casi vacío, pues solo había dos parejas en otra esquina y un señor mayor frente a la nuestra.

Pedimos variado de picar para tomar sus productos , estábamos ya comiendo y charlando de forma desenfadada de nuestras ultimas aventuras de mi viaje, cuando notaba que la presencia del hombre que estaba comiendo frente a nosotros, y al que dirigí numerosas miradas discretas, me tenía perturbada y algo mosqueada, pues su imagen me trasmitía algo que yo no sabía describir y me causaba inquietud.

Les cuento que era un hombre de origen asiático de unos 60 y tantos años, delgado de estatura media, pero con un semblante en su rostro que transmitía paz y a la vez algo de morbo, pues tengo que decir que aunque su cara llevaba ya numerosas arrugas, era guapo y sobre todo me tenía hipnotizada y no sabía por qué, pues no lo conocía de nada.

El noto mi inquietud pues ya esbozaba alguna sonrisa con mis indiscretas miradas, dejando sus ojos fijos sobre los míos, que por cierto yo retiraba rápidamente como una tímida adolescente.

Se lo comenté a Paco y me dijo que igual me conocía de alguna amiga o alguna reunión, y aunque mi marido era muy pacifico se había puesto un poco a la defensiva con aquella situación.

Ante nuestra sorpresa nos lanzó un pequeño saludo con un gesto con la mano y nos dijo si nos gustaba la comida y el sitio, motivo con el que entablamos una conversación, que en pocos minutos se convirtió en una tertulia de tres en la misma mesa.

Nos contó entre otras muchas cosas que vivía desde hacía dos años en España, pues había estudiado nuestra cultura y se había trasladado aquí para dedicarse a dar masajes eróticos orientales en una pequeña consulta que había montado.

Su voz y sus gestos transmitían paz y armonía y lo cierto es que tanto a Paco como a mí nos tenía hechizados con sus anécdotas y su forma de hablar.

Dirigiéndose a mí, me dijo que mi cuerpo irradiaba mucha tensión y que vivía demasiado agitada y alterada que necesitaba de algo de paz y relax y de mi esposo que aunque lo veía algo más sosegado, debería liberara sus emociones y con comprimirlas en su interior.

Lo cierto es que tenía razón y cada vez nos tenía más acaramelados,. Al terminar la cena le dijimos que algún día le haríamos una visita para que nos diera un masaje de los que hablaba, pidiéndole que horario tenía y donde estaba su consulta.

Aunque nos dio su dirección, nos dijo que él no suele tener horario, pues es el cuerpo el que marca la hora de liberar energía y por eso no se marcaba fechas ni citas fijas, sino solo cuando veía que la persona lo necesitaba.

Yo con mi timidez ya dejada de lado, le dije, ¿ahora sería un buen momento para mí?.. Él me dijo que por supuesto, que notaba mucha tensión en mi rostro y mi cuerpo, ofreciéndose si queríamos sus servicios tras la cena.

Aceptamos pues a mí me tenía anonadada con sus palabras y su semblante y a Paco ídem de ídem, por lo que nos unimos para acompañarlo a su casa donde regentaba su pequeño centro.

Entramos y tras mostrarnos el cuarto donde realizaba los masajes nos indicó que nos pusiéramos unas batas finas mientras él se cambiaba y nos relajáramos sobre unas camillas.

Apareció a los pocos minutos con una vestimenta tipo hindú, mientras ya nosotros estábamos i sobre unas camillas sin nada debajo con el morbo y la inquietud en nuestros cuerpo ante aquella situación.

Comenzó con Paco por los pies con suavidad y tacto subiendo hacia todo su cuerpo a la vez que iba retirando la bata, masajeando pero con leves caricias y con las manos untada en un aceite que olía agradablemente, sin llegar a rozar el sexo de Paco jugo con sus muslos y su trasero, así como manos, brazos y su pecho, después de dirigió a su cuello y cara así como los lóbulos de las orejas, todo con mucha delicadeza.

Volvió a bajar a su pectoral, recreándose en los pezones de mi marido, que sabiamente pellizcaba y relajaba, mostrando mi esposo rápidamente excitación pues su miembro creció poniéndose morcillón.

Él hablaba pausado y le animaba a seguir desinhibiéndose, cosa que Paco rápidamente hizo, pues aquello creció poniéndose como un mástil, y el aun no le había tocado.

Yo los miraba celosa de no poder meter mano ahora como estaba, pero seguía atenta a sus manos aunque mire su bulto buscando si este delataba ya alguna erección, pero lo cierto era que no se notaba nada.

Después de un buen rato con roces en partes nobles de mi esposo, el viejo gurú hindú, cambio de aceite y se dispuso a frotar con erotismo el miembro de Paco, que palpitaba con cada maniobra de esas expertas manos, a la vez acariciaba los huevos y los estiraba con sumo cuidado, produciendo que Pago gimiera como si estuviera gozando en su mejor momento del orgasmo.

Bajo a su ano que sabiamente acariciaba con unos dedos mientras seguía con el grueso de su miembro embadurnado de aquel aceite que le hacía brillar y parecer más grande y duro, mientras ya los dedos habían dilatado aquella abertura trasera y jugaban con sabiduría en su interior, cosa que mi esposo no podía disimular.

Él le dijo a Paco que ese era uno de sus puntos placenteros que lo había notado rápidamente y le iba a descargar por ahí todo la tensión sexual que tenía aculada.

No sé como pero, sus dedos hurgando en el ano de mi marido y su otra mano entre su miembro lo estaban matando de placer.

Le decía que estaba acariciando su próstata para que explotara toda la tensión que tenía acumulada dentro, y lo cierto es que viendo lo duro que tenía el miembro mi esposo, como estaba disfrutando, realmente le estaba liberando bien.

En ese momento soltó su ropa y se quedó completamente desnudo entre nosotros dos, mostrando un cuerpo delgado pero fibroso para su edad, ciertamente muy muy sexy, estaba completamente afeitado y aunque su miembro no era de los tamaños que yo estaba acostumbrada a degustar, era muy muy apetecible, aun estando medio relajado como estaba.

Le dijo a Paco que si quería para poder sentirse mejor, que podía tocarle a él donde quisiera pero con tranquilidad y relajación y así estaría más liberado.

Paco comenzó con su mano a tocar su trasero que para la edad que tenia,se le veía duro y musculoso, siguiendo rápidamente a su afeitado escroto que mi marido sobaba ahora con cuidado, junto su rabo que iba creciendo lentamente.

Ya estaba Paco en un éxtasis total con el masaje simultaneo de próstata y rabo, pues su cabeza deambulaba de un lado a otro de la camilla gimiendo y gritando, cuando se puso en segundos rígido y comenzó a soltar borbotones de leche por la brillante cabeza que apuntaba al techo de la sala mientras el gurú seguía con sus dedos y manos jugando con él.

La explosión de placer fue tan larga y grande que Paco quedo extenuado y respirando lentamente sin apenas poder gesticular palabra, mientras el viejo experto seguía ahora con más lentitud y tacto su sabio masaje, liberando sus dedos de dentro del ano pero recreándose ahora en los testículos y miembro dormido, así como muslos y glúteos.

Duro unos minutos esto, consiguiendo relajarlo del todo, quedando Paco semi dormido

Yo miraba con una envidia morbosa, y no le digo lo mojada que estaba por lo que había visto sin poder tocar nada, cuando el abuelo hindú se giró y mirándome me dijo, ahora te toca a ti, relájate cariño que te veo tensa y excitada de más.

Me abrió la bata liberando mi cuerpo de toda ropa, y tras untarme casi toda de su aceite mágico, tomo unos palillos chinos de los que se usan para comer, y mientras su mano derecha seguía untando partes de mi cuerpo con delicadeza y sumo tacto, con la izquierda asía los palillos jugaba a tocar y pellizcar levemente mis orejas, cuello, y seguidamente los pezones,.

Lo hacía con tanta suavidad que mi cuerpo me delataba y casi levantaba mi pelvis buscando sexo,. El rápidamente me calmaba con su mano presionando mi bajo vientre, para que me relajara.

Los palillos los dominaba con una maestría que me tenía asombrada, y más cuando rozaban mis duros pezones que estaban en punta como nunca los había visto.

Acerco su lengua pero apenas los rozo, era como una pluma que pasaba cerca de ellos, yo estaba a punto de tomar su cabeza y presionarla contra mi pecho, pero el me calmaba rápidamente, era como si al mirarme me hipnotizara y me dijera tranquila, relájate y goza.

Se posiciono entre mis piernas abriéndolas con sumo cuidado, dejando mi sexo abierto como una rosa abierta allí afeitada y lista para lo que él quisiera.

Tomo otro juego de palillos con la otra mano, comenzando a jugar con ellos, en mi mojado y caliente conejito, con unos abrió los labios de mi sexo, que parecían obedecer a sus gestos, mientras sabiamente con los otros jugaba con mi botoncito del placer, al que acariciaba y pellizcaba lujuriosamente, dándome tanto placer que yo era ahora una poseída sobre aquella cama de trabajo.

En segundos le regale un órganos que destenso todo mi cuerpo, animándome el con sus dulces palabras a liberarme de energía sexual acumulada, mientras los palillos seguían haciendo estragos de placer en mi agujerito.

De vez en cuando, retiraba los que pellizcaban mi clítoris, para hacerlo sobre mis pezones, notando en ese momento como la cabeza de su rabo rozaba en mi abierto sexo.

Mire y la tenía rígida como una barra de hierro, apuntaba al frente con una dureza que asustaba, como dije antes , no tenía un tamaño colosal pero si era proporcionada y con una cabeza ahora dilatada que destacaba sobre el cuerpo venoso, y más al estar afeitado el resto.

Pensé que me iba a follar en ese mismo momento, pero el seguía con su caricias con los palillos chinos, y pensé en pedirle que lo hiciera, pero no quería romper el hechizo de esa situación tan lujuriosa y sexy que estaba teniendo.

Acerco su boca a mis pezones y volvió a lamerlos con leves lengüetazos que apenas percibía, pero que cosquilleaban en ellos, sintiendo ahora más el roce de su duro miembro en mi hambriento sexo.

Dejo ahora unos palillos y tomo su rabo que acerco a la empapada abertura que sujetaban los otros, y con leves roces jugo un poco por los alrededores.

Mire a mi esposo y este estaba embobado viendo con que arte me estaban dando placer.

El roce sabio de su rosada cabeza y el juego de su mano, me hizo explotar otra vez y le di mi segundo orgasmos y aun no me había penetrado.

Cuando pensé que me tocaba, me tomo con sumo tacto y me giro poniéndome boca abajo, posicionándose sobre mí para masajear mi trasero y mi espalda con su cuerpo y duro rabo.

Yo ahora estaba derretida y deseosa de una buena penetración, pero el mordía los lóbulos de mi orejas con exquisitez y maestría, dándome un placer indescriptible, y más con el roce de sus bolas sobre mis riñones y glúteos.

Deslizo tras ese sabio y nutritivo roce, su cuerpo hacia abajo, abriendo ahora mis piernas para trabajar mi agujero trasero, al que nutrió con cremas y aceites durante un placentero y largo periodo, avisando que su miembro descargaría por ahí.

Y no me equivoque cuando vio que estaba ya a punto de mi tercer orgasmo, me susurro al oído que iba darme su energía para nutrir mi sexo y prepararlo para mi marido, que ya estaba con el mástil en forma otra vez y listo para jugar conmigo.

Entro su rabo con una delicadeza en mi trastienda, que me hizo llorar de placer, se me escapaban lágrimas de gusto y emoción de sentir tanto y tan buen sexo en ese momento, y más con la maestría y sapiencia que se movía aquel viejo hindú, pues sus movimientos eran rítmicos y pausados haciendo las penetraciones profundas y gozosas, a la vez sus manos acariciaban mis caderas relajándolas de tensión.

Continuo así un interminable pero ameno periodo de placer, durante el que no paro de hablar con una calma y control sobre mi nuca, haciéndome suya como si fuese una prolongación de su cuerpo.

Yo no podía creer que aquel gurú del sexo tuviese tanto control sobre sí mismo y los demás, pues su rabo no bajo la intensidad de su dureza, durante todo el tiempo que estuvo dentro de mí, les garantizo que fue mucho y bueno.

Cuando vio que yo ya estaba lista para sus caldos, acelero un poco el ritmo para hacerme llegar otro orgasmo y hacerlo coincidir con su impresionante derrame de semen dentro de mi trasero, pues si ya me habían regado y mucho con variedades y cantidades, la de aquel rabo hindú, las superaba con creces.

Quede rendida y sedada por aquel aguijón que con maestría me había picado y requeté picado, que retiro con sumo cuidado de mi agujero negro, para dirigirlo a mi boca, tras limpiarlo cuidadosamente para que me recreara degustándolo un poco mientras perdía fuelle, y yo tomaba algo para recibir la monta de Paco que estaba esperando en cola que miraba con la boca abierta la tremenda y gran lección que le había dado aquel abuelo asiático, de cómo dejar extenuada a una mujer.

Paco para no romper el hechizo del momento, me penetro en esa misma posición que estaba pero por mi cochito mojado y empapado de tanto gozo, mientras yo seguía lamiendo y comiendo la relajada pero apetitosa cola de aquel dulce y sabio maestro, que indicaba a mi esposo que fuese cauteloso y armonioso con sus penetraciones.

Paco que se dejaba llevar por la sabiduría de ese hombre, le hacía caso y me estaba dando una monta de lujo, volviéndome a correr con sus envites y sus juegos de cadera, mientras sentia sus duros y cálidos huevos golpear con mis labios abiertos, que ya pedían descanso.

Soltó ahora Paco sus jugos dentro de mí, en menos cantidad que la que deposito nuestro experto profesor, y más tras la apoteósica corrida que había sufrido antes en sus manos, pero que agradecí con placer regalándole un pequeño orgasmo o amago del mismo pues ya mis sentidos estaban tan extenuados que no sabría explicar que era aquello.

Finalizo la productiva sesión con una ducha a tres que fue lujuriosa y placentera, pues nos regalamos unos buenos baños de aceite en sabias manos mezclados con la tibia agua a presión por todos nuestros cuerpos que se frotaban y unían en uno, fundiendo los sentidos y la carne en uno solo.

Finalizando la dulce experiencia con una buena comida de rabo hindú que en unión de mi esposo le regalamos a ese nuestro nuevo gurú y amigo, haciéndole doblar las rodillas ante tan sabia degustación de miembro asiático que comimos con sabiduría adquirida y que Paco acaparo en última instancia.

Tres en mi mente (versión para ella).

Una fantasía muy común en las mujeres, según las encuestas anónimas, es que sean satisfechas por varios hombres, pero son muy pocas las que lo admiten, y contadas con los dedos, las que se han atrevido a llevarlo a la práctica.

Pero esta es una fantasía, que con la ayuda del hombre, puede hacerse realidad, sin necesidad de llegar a la complejidad de la situación, aunque esta realidad sólo sea en la mente de ella.

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La geisha

Llegué a casa después del trabajo.
Eran sobre las 10 de la noche y no me esperaba encontrar lo que me encontré.

Ese día estabamos sólos porque habia llevado las niñas con sus padres a pasar la noche.

La iluminación era muy suave y al entrar en casa percibí un olor muy sensual e incitador.

La primera sorpresa la encontré al subir las escaleras y llegar a la planta baja. Había una música de fondo de ambiente muy acojedora. Pero cuando alce la vista, allí estaba ella.
Estaba de pié. Esperando. Mirando al suelo como sin querer mirarme directamente a los ojos. Me detuve a contemplarla muy lentamente. Estaba preciosa. Llevaba el pelo recogido al estilo oriental. El kimono le quedaba sensacional y le marcaban sus curvas que tantas ideas me traian a la mente. En un tono muy suave y sensual me pregunto por como me había ido el día.
Me indicó que la siguiera.

La seguí fijandome por detrás en sus curvas, y me dí cuenta que llevaba unas medias con dibujos de las que tanto me gustan.
Hizo quedarme quieto mientras me empezó a desnudar. La situación me excitaba y asi lo pudo comprobar ella. Me fue sacando las prendas una a una, hasta que sólo me quedaban los calzoncillos. Se puso de rodillas delante mio y muy lentamente procedió a bajarmelos. Era un
una escena más sensual. Yo alli de pie desnudo y ella arrodillada delante mio a escasos centimetros de mi verga, la cual se notaba excitada.

Me indicó que me relajara, y disfrutara.
Me hizo un masaje en mi verga muy suave. Previamente la masajeo con aceite o crema para que estuviera suave y bien lubricada. Estuvo unos instantes así y realmente me excito mucho la experiencia. Tanto que estuve cerca de llegar al final.
Cuando ella lo notó me indicó que me sentara en una butaca y me relajara.
Asi lo hice, y acto seguido empezó un baile muy sensual y erotico. Se movia muy lentamente acentuando sus curvas de mujer.
No se saco ninguna prenda. Simplemente se movia al ritmo de la musica mientras yo estaba muy excitado.
Me habia servido una copa de vino que me estaba tomando mientras la contemplaba.
Cuando hubo acabado su baile se acercó y nuevamente se puso de rodillas delante mío. Me venían imagenes a mi mente de que aquello debian ser las experiencias de las personas poderosas de asia, con todas aquellas mujeres a su serv¡cio.

Esta vez el trabajo lo realizó con sus labios, los cuales tenia muy pintados. Toda su cara estaba muy bien decorada con unos ojos remarcados.

Mientras bebia mi vino la contemplaba haciendo un trabajo excepcional.
Sabia usar sus labios muy lentamente. Recorria toda mi verga en todo su recorrido, la cual estaba muy excitada y con ganas de descargar su fruto de placeres.

No se hizo esperar mi final.
Tenía la boca llena de vino cuando me vino el orgasmo. Empecé a bombear toda mi leche sobre su boca. Ella me miraba con cara de agradecimiento y de sumisión. Me encantó ver que disfrutaba dandome aquel fuerte orgasmo. Me enseño su boca abierta con imágenes de crema blanca.
Me sorprendió nuevamente cuando hubo acabado, ya que me indicó que la siguiera. Y fue al hablar cuando me di cuenta de que se habia tragado mi leche.
Habia preparado una bañera con agua muy caliente. Me

Una proposicion indecente

Mi mujer y yo estamos casados desde hace muchos años. todo va de cine, y por descontado el sexo tambien, aunque lo practicamos con mucha menos frecuencia. Una o dos veces al mes, pero quizás con más intensidad.

El caso es que desde hace años he tenido la fantasia, creo que muy tipica, de ver como folla mi mujer o de ver como se exhibe delante de otros hombres o cosas de ese tipo, ya os imaginais...pero nunca se la habia contado y esto siempre se habia quedado en mi interior.

Cuando conocí a Cristina conecte con ella muy rapido y el sexo siempre fue mas que aceptable. Pero con el tiempo se me fue metiendo en la cabeza la idea de contarle mi fantasia, aunque solo fuese para nuestros juegos privados. Y ella, aunque no queria ni oir hablar de follar con otros, poco a poco iba entrando en el juego cuando hablábamos en los momentos más calientes de nuestras relaciones.

Un fin de semana nos fuimos de viaje a Canarias. Apetecía un lugar caliente.
Cuando llegamos la primera noche y entre el vino de la cena y las copas estábamos mas que contentos. Y era de esas noches que no queríamos que acabaran.

Cristina mide 1.60 metros y tiene una figura tremenda, unos pechos redondos y firmes que quitan el hipo a cualquiera y un culo que es su joya de la corona. El culo y los pechos de Cristina causan estragos alli donde van.

Vestía con unos baqueros ajustados para resaltar ese culazo y con una blusa negra, bastante escotada, que medio escondia un sujetador de encaje negro precioso que iba a juego con un tanguita de hilo dental del mismo color.

En el taxi empece a acariciarle la pierna por encima de los vaqueros y al darse cuenta abrio un poco mas las piernas para que siguiese acariciandole los muslos. En aquel momento estabamos con aquel punto de calentura tipico despues de una buena cena.

Me acerque a ella y le mordisqueé el cuello y la oreja y aproveche, como en otras ocasiones, para pedirle que se abriese un poco mas el escote. Como en otras muchas ocasiones no esperaba que me hiciese el menor caso pero disimuladamente se desabrocho un boton de la blusa. El taxista se dio cuenta de inmediato y yo solo podia mirar al retrovisor para ver como aquel joven miraba a mi mujer. En un intento de que la blusa se le abriese aun mas rocé con mi brazo el cuerpo de cristina y consegui que la blusa se desplazase y dejase casi una teta fuera. No le gusto esta maniobra, pero se limitó a echarme una mirada fria y poco mas. No hizo ningun intento de taparse.

Yo me estaba poniendo a mil cuando acercandome a oido le pedi que se moviese y que hablase con el taxista.

Se incorporo un poco y le pregunto algo sobre la playa o que se yo. En esa posicion el taxista tenia una vision de primer plano de las tetazas de mi mujer y su precioso sujetador de encaje semi transparente y que dejaba entre ver sus delicados pezones.

Llegamos al destino y bajamos del taxi. Lo primero que hizo fue echarme la bronca y recriminarme lo que habia pasado.

- Eres un cerdo. Haces que le enseñe las tetas a un desconocido y se te pone la polla a rebentar...

Mientras yo la abrazaba, importandome poco lo que me estaba diciendo, ella llevaba su mano a mi polla y me pegaba un apreton de mil pares de cojones.

- A ver, no me creo que no te hayas puesto cachonda con el viajito que le has dado al tipo ese. Seguro que estas super cachonda y que te mueres de ganas por repetirlo.

Ella, desafiante, me dijo que si tenia cojones cojiesemos otro taxi...

Me falto tiempo para dar un salto y parar a uno para que nos llevase de vuelta al hotel.

Ya dentro del taxi empece con los roces para sacarle algun pecho fuera de la blusa pero fue imposible. en ese momento se me fue la olla y pasando la mano por detras le solte el sujetador.

Ella mirandome me dijo que estaba loco y que si eso era lo que queria pues me iba a enterar. Sin pensarselo se quito el sujetador por las mangas de la blusa y con todo ese movimiento sus tetas quedaron completamente fuera de su escote. Ni el taxista ni yo podiamos creer lo que estabamos viendo.

Ella con voz firme ordeno al taxista que nos llevase a alguna disco de moda y este obedecio rapidamente.

Al despedirnos del taxista le regalo el sujetador y una ultima vision de sus tetas.

Antes de entrar al local me ordeno que me tomase una copa en algun local cercano y que luego la buscase dentro pero sin acercarme a ella. que hiciese como si no la conociese, ya que me iba a enterar. y así lo hice. Dejé 30 minutos, que se me hicieron eternos.

Me costo un poco encontrarla pero cuando la vi me dio un vuelco el carazon ( y la polla ).

Estaba bailando con un maromo de casi 2 metros. Estaba moviendose como nunca la habia visto, y estaba poniendo a cien al tipo, y a mi.

Se subia el cabello por encima de la nuca y el cachas se le acercaba a su cuello, le decia algo y ella se reia mientras me miraba. realmente ella estaba super cachonda, la cara la delataba y tampoco hacia nada por disimularlo. Se sentía doblemente deseada.

En un momento dado me hizo una mirada como preguntando si ya era suficiente y yo subí mi copa en alto como dando un brindis en forma de aprobación. Todo se aceleró en ese momento.

Ella se abrazo al cuello del tipo y este empezo a besarla y a meterle mano poco a poco. Bailaron un poco mas y quedaron acaramelados. Estuvieron asi un poco hasta que fueron a un rincon bastante oscuro de la sala y siguieron dandose el lote entre penumbras sentados en unos sofás.

Yo me acerqué y me situé en una mesa donde podría verlos disimuladamente, y pude ver como él le estaba sobando las tetas y ella le metia mano dentro de la bragueta. Mi sensacion era muy extraña. Era la primera vez que ella estaba con alguien desde que me conocía, y yo tenía sentimientos de culpabilidad, celos pero excitación a la vez. Era la primera vez que mi fantasia estaba ocurriendo en la vida real. Evidentemente, pensé que aquella situación la habia provocado yo, y ahora no podía echarme para atrás. Ella lo estaba disfrutando.

Empezó a hacerle una paja de forma suave, ritmica y disimulada, y me sorprendió porque vi como él no aguantó y por su cara note que se estaba corriendo en la mano de ella dentro del pantalon mientras se besaban. Nunca pensé que hubiera sido capaz de algo asi. Ahora el que tenía una ereccion era yo.

El tipo se fue a limpiar al servicio y ella vino a hablar conmigo.

- ¿Estas contento? ¿Has visto que pedazo paja le ha hecho tu mujercita a ese tio?

- Estoy que voy a rebentar. Tengo la polla dura como una barra de acero.

Me echo mano al paquete y besandome me dijo que volviesemos al hotel.

Nos levantamos rápidamente y nos fuimos sin levantar sospechas. Casi sin hablar más, cogimos un taxi, y cuando estuvimos dentro nos besamos apasionadamente. Pareciamos unos quinceañeros traviesos.

- Te amo, le dije.
- Y yo también, me respondió. ¿eres feliz?
- Si, quiero hacerte el amor.
- Yo tambien, me contestó, estoy muy mojada. Dijo mirándome a los ojos.
- ¿tienes un pañuelo? Me preguntó.
- Si, claro. Mi amor. Toma.
- No, limpiame tu. Y me puso su mano justo delante de mi cara. Estaba con rastros de leche de su anterior paja. Había mantenido la mano cerrada para ese momento.

No me esperaba eso. La limpié, y nos dimos otro beso como unos recién apasionados mientras llegabamos al hotel.

Un fin de semana de tres.

Aprovechando que en el mes de julio nos quedabamos solos, ya que los niños se iban con su hermana, decidimos irnos a pasar unos dias a un hotel a la costa.

Encontramos un buen hotel el cual todas las habitaciones daban a la playa, asi que nos decidimos y nos fuimos alli. Bajabamos todos los dias a la playa y nos poniamos siempre cerca de la puerta trasera del hotel, para tener cerca las duchas. Al lado se colocaba todos los dias un joven con un hombre mas mayor, a los cuales, ya de ver todos los dias en el mismo sitio, pues saludabamos.

Algunas mañanas mi mujer bajaba a la playa antes que yo y la veia hablar con el joven. Yo le preguntaba de que hablaban y me decia que del calor, de la playa, del hotel, etc. Yo le comentaba que me parecia que eran gays y que estaban liados, pero ella decia que no.

Esa noche nos fuimos a la discoteca del hotel y los vimos a los dos alli juntos en la barra charlando, y le volví a comentar que eran gays, a lo que me dijo que no, que el joven le habia dicho que era muy guapa y atractiva, que le quedaba muy bien el bikini, y cosas asi, lo que me hizo ponerme algo celoso. Ella empezó a reirse y me decia, ¿pero no dices que no te importaria verme con otro follando? y yo le decia que si, pero que me ponia celoso que otro tio le dijera piropos a ella.

Despues de aquello nos fuimos a la habitación, y nos liamos, y cuando estabamos follando empecé con la historia de que un tercero se unia a nosotros para follarsela y ella me siguió la historia. Estaba muy humeda, muy caliente, asi que le pregunté en quien estaba pensando, y primero me dijo que en nadie, pero al final me reconoció que estaba pensando en el joven de la playa. La verdad es que el tio tenia un buen cuerpo, bien trabajado, y le resultaba atractivo.

Ya empecé a imaginarme a mi mujer follando con el, y por un lado me entraban celos, pero por otro me excitaba la idea, eran sentimientos encontrados.

A partir de ese dia la dejaba bajar a ella sola primero a la playa, y me fijaba que se ponian cerca y charlaban bastante. Cuando yo llegaba dejaban la conversación, cosa que me hacia mosquearme, por que si no tenian nada que ocultar por que se callaban.

Volvimos a ir a la disco del hotel, y alli estaba el joven, pero sin el hombre mayor. Nos fuimos tomando unos cubatas y animandonos un poco, y el joven seguia alli solo. Empecé a decirle a mi mujer que le iba a preguntar por su novio, que donde estaba, y mi mujer seguia diciendo que no era gay, y yo insistiendo que si, hasta que se alteró un poco diciendome que el joven le tiraba los trastos, que intentaba ligarsela, cosa que no me terminaba de creer, y que con el alcohol que llevaba en el cuerpo no me dió celos.

Me fui para el joven, le saludé y me lo traje a la mesa donde estabamos, y lo senté entre mi mujer y yo.

--Oye, que tenemos una duda, ¿el hombre mayor es tu novio?, le pregunté.

--Jajaja, reia el, no hombre no, es mi padre que se ha marchado hoy.

-- Es que teniamos la duda, ya que yo decia que si, pero mi mujer decia que no, por que te la estabas intentando ligar.

En eso el joven se quedó cortado y no sabia que decir.

Yo le dije que no se preocupara que mi mujer y yo fantaseabamos con la idea de meter a un tercero en la cama, pero que mi mujer no se terminaba de decidir. Mi mujer intentó darme una patada por debajo de la mesa, pero se la dio al joven y se puso colorada y yo no paraba de reirme, los efectos del alcohol.

El joven se disculpó por que iba al servicio. Mi mujer se me acercó y empezó a reprocharme lo que habia dicho, y yo le pregunté que que le parecia el joven a lo que me contestó cogiendome una mano y llevandomela a su corazón. Lo tenia super acelerado, y me confesó que se habia puesto humeda ante esa situación, que se habia excitado al estar al lado del joven y yo hablar del tema. En ese momento volvio el joven y se sentó al otro lado, quedando mi mujer en medio de los dos.

Les dije de tomar otra copa, asi que me fuí a la barra a pedir tres copas y observar que hacian desde lejos. La barra estaba a sus espaldas, asi que no me veian. El empezó a hablarle, y con la musica fuerte se tenia que acercar a su oido mucho, y vi como le ponia la mano en el hombro a mi mujer. Despues se la pasó por encima de los hombros agarrandola, y cuando ella le contestaba se apoyaba en su muslo, cerca de su paquete. Ella llevaba una blusa bastante escotada, y yo veia como al inclinarse para hablarle el miraba sus pechos.

Volví a la mesa y seguimos charlando los tres, y yo cogia a mi mujer por la cintura y la acariciaba, pero veia que ella miraba mas al joven que a mi, y además note que tenia sus pezones duros, no se que es lo que el joven le estaria diciendo, pero la veia inquieta.

El joven se acercó a su oido a decirle algo, apartó suavemente su pelo de la cara, y por detrás de su cabeza, mientras le hablaba me miró, y yo le hice un gesto como de consentimiento, asi que deslizó suavemente su boca hacia alante hasta encontrar la boca de ella y la besó.

Ella en un principio se quedó quieta, no reaccionó. Despues puso su mano sobre el muslo de el y lo apretó y empezó a abrir la boca para besarlo en condiciones, pero en ese momento dió un salto y se separó de el. Me miró, pero yo rapidamente cambie la mirada, como si no me hubiera dando cuenta de lo que pasaba, pero ella sabia que lo habia visto todo. Se acercó a mi y me dijo no te hagas el tonto, que lo has visto todo, y ademas se te ha puesto la polla dura.

Empecé a besarla y a acariciarle los pechos, hasta que note que el joven tambien estaba metiendo mano, asi que retire mi mano y le deje a el actuar. Empezó a acariciarle los pechos y mi mujer se dejaba. Miró de reojo por que sabia que no era yo, notaba la diferencia, pero se dejaba hacer y disfrutaba del magreo que le estaba dando el joven, hasta que paré de besarla y entonces se hizo la sorprendida, pero se veia que no estaba molesta.

Les invité a ir a la habitación, asi que nos levantamos y nos fuimos hacia el ascensor. Mi mujer iba delante asi que le dije al joven que lo que mas le ponia era que le pellizcaran los pezones, que eso la volvia loca.

Una vez en el ascensor empezó mi mujer a decir que no, que era una locura, que no estaba bien lo que estabamos haciendo, que en fantasias muy bien, pero que................ en ese momento el joven se lanzó sobre ella, empezó a besarla metiendole la lengua hasta la campanilla, y le metio la mano por debajo de la blusa, apartando el sujetador, y empezó a pellizcarle los pezones.

Ante esto mi mujer se dejó hacer, le comia la boca con muchas ganas, y arrimó su coño al muslo de el y empezó a restregarse.

Los dos estabamos con la polla super dura.

Llegamos a la habitación, y nada mas entrar mi mujer se quitó toda la ropa, quedandose completamente desnuda, y se lanzó sobre el joven comiendole la boca, mientras este se desnudaba.

Yo me desnudé rapido y me tire en la cama con ellos, pero mi mujer me empujó y me dijo que me apartara, que queria follar solo con el joven.

Me senté en el filo de la cama y vi como mi mujer le comia la polla, le comia la boca, le comia los huevos, como el le comia los pezones, le comia el coño y ella se retorcia de placer. Se corrió por lo menos cuatro veces. El se la follo con todas sus ganas, y cuando se iba a correr sacó su polla y se corrió sobre su pecho.

Yo me corrí masturbandome mientras veia a mi mujer follando con otro tio.

Despues de esto el joven se marchó y nos quedamos dormidos.

Al dia siguiente mi mujer no queria salir de la habitación, le daba vergüenza, pensaba que era una puta. Yo estaba feliz, pero ella parecia triste y disgustada. Llamaron a la puerta y era el joven. Entró en la habitación, se fué para mi mujer y se sentó a su lado.

--Cariño, le dijo el joven a mi mujer, has estado tremenda, pocas mujeres he conocido como tu, eres divina. Vamonos a la playa, que esta noche repetimos pero sin alcohol, que rindo mejor.

Ella sonrió me miró, y le sonreí y nos fuimos los tres a la playa.

Durante los tres dias que nos quedaron de hotel el se la follo todas las mañanas y las noches, y el ultimo dia se la follo cuatro veces, y ella estaba como loca, como si tuviera 20 años menos.

No hemos vuelto a saber mas de aquel joven, ni hemos repetido la experiencia nunca mas, pero yo se que cuando follamos y fantaseamos ella se acuerda de aquel joven.

El admirador secreto

La vibración del móvil en la mesa la llevó a mirar la pantalla parpadeante, menos mal que lo había puesto en silencio. En reuniones con clientes no atendía llamadas, le parecía una falta de respeto.

La previsión del volumen de ventas para este ejercicio es del….

Qué pesados. Todos con el mismo cuento a principios de año, que si las previsiones de ventas, que si el importe medio, que si el margen bruto, bla, bla, bla..

Si al final todos quieren lo mismo… reducción de tarifas. Ella era el proveedor.

Era un mensaje de texto, la pantalla no mostraba ningún nombre y tampoco reconocía el número.

Desde que le habían dado la "maravillosa" Blackberry había perdido la mitad de los contactos. Siempre le pasaba lo mismo cuando le cambiaban el teléfono. La tecnología y ella no se llevaban muy bien.

"Hoy estás preciosa, radiante"

Una leve sonrisa se dibujó en su cara. Se habían equivocado de número o alguien le gastaba una broma, seguro. Miraría en su agenda de mano quién podía ser. Esa nunca la perdía.

por todo ello y dadas las circunstancias actuales del mercado, todos deberíamos hacer un esfuerzo...bla, bla, bla, bla.

Joder que pesaditos… lunes por la mañana y casi dos horas de reunión. Cómo les gusta complicarse la vida. Si en el fondo todo es mucho más sencillo.

Bastaba con un simple "oye, con la dichosa crisis no se vende nada así que, para salvar nuestros culos del Inem, tú ajustas un poco el precio y yo paso de buscar un proveedor más barato". Siempre las mismas historias en las revisiones de tarifas anuales. Ella era más pragmática.

El día transcurrió como siempre, sin pena ni gloria. Llegó cansada a casa, cenó con su marido quedándose dormida en el sofá viendo algún programa de televisión nocturno… como casi siempre.

Por la mañana la misma rutina diaria. Ducha, café con leche, arreglarse el pelo, vestirse y marchar a la oficina. Menos mal que Andrés, su marido, se encargaba de la niña. Como era "profesional liberal" no tenía la misma rigidez de horarios. Debían hacer algo entre ellos, la rutina los estaba alejando.

Al mediodía iría con Maribel a comer a El Corte Inglés, podrían mirar algún traje de rebajas. Era su mano derecha en la oficina y amiga desde hacía casi 15 años, justo cuando empezó a vivir con Andrés. No le engañaba si algo no le quedaba bien.

A sus 43 años no podía ponerse ya cualquier cosa. Algunas prendas, aunque le gustaban, pensaba que quizás ya no eran para su edad.

Ya habían recorrido casi todos los stands de marcas del centro comercial pero no encontraron nada que las convenciera. Se fueron a la cafetería de la última planta.

La ensalada César con pollo estaba bien aunque, de no ser por su dietista, hubiera pedido también unas costillitas de cordero como segundo. El móvil vibró en la mesa. Un nuevo mensaje.

"El azul marino te favorece, resalta el color de esos ojazos. Besos guapa."

Un número que desconocía. ¿Era el mismo de ayer? El traje chaqueta que llevaba era azul marino.

Maribel, mira por favor si conoces este número.

Le mostró la pantalla mientras seleccionaba un trozo de queso blanco del plato.

No, no se quién es.

Buscó el mensaje que recibió el día anterior. Era el mismo número. No lo había buscado en la agenda, en cuanto volviera al despacho lo haría.

Ayer recibí un mensaje también, mira… pero no sé quién es.

Le mostró de nuevo la pantalla.

Jolín Paula… ¿hay algo que quieras contarme? Jajajaja

No seas tonta. Seguramente alguien tiene el número mal grabado o me están gastando una broma.

Si, puede ser. Pero… menuda casualidad que vayas de azul marino. Llama tú a ver quién es.

Buena idea…

"El número marcado está apagado o fuera de cobertura".

Nada. Está fuera de cobertura.

Pues nada chica, tu gozo en un pozo.

Al llegar al despacho buscó su agenda de mano. Andrés no entendía que en el siglo XXI alguien utilizara la agenda de papel. Él era informático y no comprendía sus desavenencias con la electrónica.

No, no era de nadie conocido. Había repasado número a número todos los contactos dos veces y nada. Volvió a marcar el número antes de marcharse a casa.

"El número marcado está apagado o fuera de cobertura".

No tenía mucha hambre así que comió una de aquellas barritas dietéticas con sabor a manzana mientras jugaba una partida de cartas en el ordenador de casa. Andrés, tumbado en el sofá veía un partido de fútbol.

Para él todos los partidos eran importantes, jugara quien jugara. Antes no le importaba perderse alguno para estar con ella charlando o de copas o en la cama. Eran otros tiempos. Cómo había cambiado el cuento…

Cariño me voy a la cama… ¿te vienes?

Andrés se acercó por detrás acariciándole el cuello masajeándole los hombros sentada frente al ordenador.

Ohh... si…. cariño podrías hacerme un masajito… estoy cansada.

Vale, pero con… ¿final feliz?

Le preguntó mientras bajaba sus manos directamente a las tetas. Las tenía muy sensibles y él sabía cómo endurecerle los pezones rápidamente. Qué habilidad tenía para soltarle el sujetador.

Joder Andrés. Sólo piensas en eso… en follar.

Va tonta… si a ti también te gusta. Todo es ponerse.

Le metió las manos por debajo del pijama agarrándole ambos pechos. Estaba orgullosa de sus tetas. Talla 95C… era lo que más le gustaba de su cuerpo. Los sopesaba y elevaba alternativamente desde atrás. Podía notar su aliento en la nuca. Sabía que era uno de sus puntos débiles y lo explotaba.

Anda déjame… acabo esta partida y ahora voy.

No tardes que te conozco, te darán las tantas y… mira como estoy.

Se había bajado los pantalones del pijama, siempre sin calzoncillos, le acercaba la polla semi erecta a la boca mientras la cogía desde los huevos. Se había rasurado de nuevo. Abrió un poco los labios y sacando la lengua le dio una lamida lenta en el glande saboreando el líquido preseminal.

La polla aumentó de tamaño en sus labios y él empezó a balancearse simulando que le follaba la boca. Perdió la partida por no estar atenta.

me fumo el último cigarro y voy cariño. Te lo prometo.

Era superior a ella, aquel juego le enganchaba hasta perder la noción del tiempo. Pensó en que no le apetecía mucho follar, le costaba ponerse a ello y lo cierto es que, las últimas veces tampoco había disfrutado tanto.

Andrés cada vez aguantaba menos. Desde hacía un tiempo se corría dentro de ella y luego tenía que complacerla con los dedos o la lengua para que acabara también. Antes conseguía que ella se corriera dos o tres veces antes de acabar él, pero ahora… sería cosa de la edad.

Un nuevo zumbido en la Blacberry, no era un mail, sonaba diferente. Eran casi las once y media de la noche. ¿Quién era a esas horas?

"Estoy ansioso porque amanezca para verte de nuevo. ME GUSTAS. Que descanses guapa."

No se lo podía creer. La historia de los mensajitos ya empezaba a mosquearle un poco. El teléfono ahora estaría conectado, llamó de inmediato.

"El número marcado está apagado o fuera de cobertura".

¿Le estaban tomando el pelo? Había recibido el sms hacía un minuto escaso. Estuvo a punto de llamar a Maribel pero era tarde, estaría durmiendo. Ya hablarían mañana.

Se metió en la cama y puso la televisión para dormirse. Aquella tontería de los sms empezaba a no gustarle. Andrés roncaba cada vez más fuerte.

Levantó la cubierta mirando el paquete de Andrés, se veía tranquilo, en reposo. Ya se le había pasado. Mañana lo despertaría como a ella le gustaba. Prefería los polvos mañaneros.

Maribel, si esto es una broma dímelo por favor, el tema empieza a molestarme.

Le dijo mientras les servían los cafés en el bar enfrente de la oficina. Hoy se habían sentado a parte del resto de clientes. No quería dar explicaciones y sólo confiaba en su amiga.

Pero a mí que me cuentas… ¿qué tengo yo que ver con los mensajes?

¿Crees que son para mí o son para otra persona y los recibo por error?

Y yo que sé Paula. No seas paranoica, no dicen nada del otro mundo, podrían ser para cualquiera.

¿Y lo del traje azul marino… qué?

¿Qué traje azul marino?... Paula decía el color azul marino pero nada de trajes.

Revisó el teléfono, no estaba segura.

Si, es cierto. No dice nada del traje. Pero yo llevaba un traje azul marino!!!

Puñetera casualidad… yo llevo hoy un sujetador azul marino. ¿y qué? Mucha gente lleva algo azul marino, es discreto y combina bien…

Le dijo mostrándole la tira del sujetador de su hombro derecho por el cuello de la blusa. Maribel tenía prácticamente sus mismas tallas. Se podrían cambiar el sujetador entre ellas.

No decías eso ayer.

Era por picarte un poco. No le des importancia al tema porque no la tiene. Seguramente será algún adolescente enamorado de alguna chiquilla que ha grabado mal el número de teléfono.

Le recordó a Andrés. Tenían razón cuando le decían que era un poco paranoica y que se complicaba ella sola. "Las cosas siempre son más simples de lo que parecen" le decía él habitualmente. Casi lo odiaba cuando le decía eso.

Estaba recogiendo el despacho para irse. El día había sido agotador simulando escenarios para la revisión de tarifas. Debía preparar una propuesta para el viernes. Los números le bailaban en la cabeza. La Blackberry recibió un nuevo mensaje.

"Con esa falda y las botas me das mucho morbo, estas para comerte todo… TODO.

TE DESEO.

Besos dónde desees…"

Joder, aquello la dejó aturdida, se sonrojó. Sentada frente a su mesa miró a través de las mamparas al resto de la oficina. Nadie la miraba pero cruzó las piernas. Bota sobre bota. Se bajó un poco la falda que se había subido demasiado. Aquello había subido de tono.

En una reacción instintiva, tecleó en el terminal y contestó sin saber muy bien por qué.

"Quién eres? Te conozco? Creo que te equivocas de número."

Nuevo mensaje, creyó que alguien de fuera la miraba pero no era así. Lo comprobó de nuevo.

"Si me dejaras, recorrería todo tu cuerpo con mis manos y no dejaría ningún rincón sin acariciar. ERES MI MUSA. TE DESEO."

Se sonrojó más, sería comprometedor si alguien entrara ahora al despacho. A través de las mamparas hizo un gesto con la mano para que Maribel viniera desde el despacho contiguo. Aquello ya no era una confusión. Le entregó el terminal.

¿Qué... ? ¿Qué dices ahora? Esto ya no es una confusión.!!

Vaya Paula, lo tienes enganchadito… jajajaja

Trataba de quitarle hierro al asunto para no preocuparla. Vestía el traje chaqueta color Burdeos con las botas negras hasta las rodillas… demasiadas casualidades.

Llámale mientras le contestas de nuevo.

Y ¿qué le digo?

Ya está… ¿me dejas a mí?

Cuidado Maribel… esto no me está gustando nada.

Tomando el teléfono fijo de su escritorio, llamaba con número oculto por normas de la empresa, tecleó el número de los mensajes.

Sonaba, sonaba, sonaba, sonaba… hasta desconectar la llamada. Lo intentó tres veces más con el mismo resultado.

Nada, no contesta.

¿Puedo contestarle?... ¿Me dejas?

Ve con cuidado por favor… te lo pido.

"Qué falda y qué botas? Creo que te equivocas de número. Si es una broma me está molestando."

Estaban intrigadas, expectantes mientras Maribel le mostraba el mensaje enviado. Se removía en su asiento intranquila, un cosquilleo recorría su estómago. ¿Sería guapo o feo? ¿Era un chico o una chica? ¿joven o maduro?... ¿por qué pensaba esas cosas?

Nuevo mensaje recibido.

"No me equivoco, el número es correcto y con mis deseos no bromeo. El traje granate y las botas negras te favorecen aunque preferiría que la blusa blanca fuera más escotada. Deberías lucir tus encantos, es una lástima que ocultes esas precisas tetas que tienes. ¿Me las enseñarías?"

Se quedaron perplejas al leer la respuesta. Se miraron extrañadas, sorprendidas. Se sonrojaron un poco aunque Paula aventajaba por mucho a Maribel Les había dado detalles concretos…todos ciertos… quería verle las tetas.

Esto ya es demasiado!!!. ¿Llamamos a la policía?

¿Y qué les vas decir? ¿Crees que te van a hacer caso? Son tan sólo unos sms.

¿Por qué hablaba en singular? Debía apoyarle en esto. Ella no había hecho nada para que un perturbado le enviara esos mensajes y Maribel debía apoyarla.

Joder… Maribel, ¿no piensas apoyarme en esto? Sabe perfectamente cómo voy vestida y ayer también. Me observa.

Su tono de voz se elevaba si pretenderlo. Miró por las mamparas. Todos seguían a lo suyo.

Tras varios minutos discutiendo, su amiga la convenció para que descartara las ideas de la policía y de informar a Andrés. Debían resolverlo entre ellas. Le seguirían el juego un poco hasta averiguar de quién se trataba.

Sentada en la taza del water del lavabo a la vez que orinaba pensó en los mensajes. Había dicho que le gustaban sus tetas. Se limpió acomodándose a continuación las bragas y los leggins. Se miró las tetas frente al espejo…sabía que eran su mejor atributo.

Almorzaron dónde siempre atentas a cualquier mirada del resto de personas. Nada fuera de lo común. Se hicieron mutuos comentarios sobre diferentes alternativas… el dueño del bar?... el camarero?... el del quiosco de prensa?... el becario nuevo de recursos humanos?... el chico de informática de las tardes?... las descartaron casi todas por diferentes motivos.

Aquella noche no podía dormir con la historia de los mensajitos. Andrés roncaba a su lado ajeno a lo que le rondaba por la cabeza. Valoró la posibilidad de contárselo. La descartó casi de inmediato. No la dejaría sola. La agobiaría mucho tenerlo de guardaespaldas.

La quería mucho, lo sabía. A pesar de ser bastante más joven que ella. Él había dejado a su novia de toda la vida a los pocos meses de trabajar juntos. Lo abrazó por la espalda. La había hecho sentirse amada y deseada como ninguno de sus ex.

Le acarició los brazos que reposaban en su tripa. Desde que dejó los deportes se había engordado. Ya no jugaba a fútbol sala, ni al tenis. Tampoco le gustaban el resto de sus aficiones, las había dejado casi todas por ella…era un cielo, lo amaba.

Llevó su mano derecha más abajo, por encima del pijama, hasta localizar su polla que descansaba inclinada hacia la izquierda como siempre. La fue frotando a medida que ganaba volumen. Sabía cómo hacerla reaccionar… la tenía dominada.

Susurrándole al oído alguna que otra guarrada, se despojó de la parte de arriba del pijama frotándole las tetas por su espalda. Eso lo volvía loco… y a ella también.

Bajándole el pantalón introdujo una de las manos entre las velludas nalgas recorriendo la raja del culo hasta llegar a sus huevos desde atrás. Él se estremeció girándose un poco facilitándole la labor.

Continuó el descenso llevando las tetas hasta su culo disfrutando del contacto de la piel en sus ya duros pezones. Las manos habían conseguido levantar el mástil.

No era el más grande que había conocido. Distaba mucho de aquel pollón de uno de sus ex pero era, sin duda, el que más placer le había dado. En la siguiente ocasión se dejaría follar por el culo, hacía mucho tiempo que no lo hacían y Andrés lo deseaba. Se lo debía.

Lo hizo girar boca arriba despojándose del resto del pijama junto con el tanga. Pasando una pierna por encima de él se dejó caer poco a poco hasta notar la punta del mástil acariciando sus labios vaginales. Ella lo guiaba frotándolo entre sus labios y acariciándolo contra el clítoris. No hacía falta más lubricación, ella la tenía toda.

Se la introdujo lentamente hasta el fondo. Su clítoris, liberado ya del capuchón, recibía ahora el contacto del pubis rasurado de su macho. Le encantaba ese tacto. Empezó el suave vaivén adelante y atrás concentrada en la presión sobre el botoncito del placer, disfrutando de las entradas y salidas de la polla de su mojado coñito.

ummm….me encanta… que me despiertes… ufff… así cariño.

Le oyó a la vez que notaba sus manos en las nalgas, abriéndoselas para hacer que la penetración fuera lo más profunda posible.

ummm…. vaya… no pretendía molestar tus sueños… agggg…. es que me he puesto un poco… ufff…cachonda.

A él le gustaba que le hablara así cuando follaban. Como un resorte empezó a empujar desde abajo, levantándola, embistiéndola con fuerza, elevándola para clavársela bien adentro, mientras sus tetas botaban.

aggg…. siiii, así, así… uffff….fuerte… siiii, más fuerte cariño… joder…métela hasta el fondo.

Te gusta así? Agggg… te gusta bien adentro…

Siii… fuerte.. dame fuerte…

Aggg…. estás chorreando… zorrita… ummmm me encanta… cuando te corres así.

El primer orgasmo corría por su vagina lubricándola más si cabe. Pringando sus muslos y la polla que sentía dentro, aún dura. Eso la excitaba aún más.

Las lamidas y mordiscos en sus pezones la estaban matando a la vez que la polla entraba con fuerza en su coñito encharcado como un martillo percutor, no tardaría en correrse de nuevo.

aghhhh….cualquiera se volvería loco… con estas tetas.... ummm….deberías mostrarlas más…

"es una lástima que ocultes esas precisas tetas que tienes. ¿Me las enseñarías?" retumbó en su mente… se quedó casi sin aire en los pulmones mientras una sacudida recorría todo su cuerpo...

Aghhh… siiiii…. me corroooooo

Siiiii…. yo también… me corroooo….. tómalo cariñooooo!!!!

Se quedó estirada sobre él unos minutos recuperando la respiración. Le encantaban sus caricias en la espalda y notar cómo la flácida polla abandonaba el encharcado alojamiento. Acurrucándose a su lado se dejó abrazar sintiendo como ambas corridas resbalaban por los muslos pringándose… Ya se ducharía mañana. Su cabeza estaba en otro lugar.

Mientras se ponía los pantys, hoy no llevaría leggins, seleccionó uno de los vestidos cortos de lana que tanto le gustaban a Andrés, el gris con las botas negras de puntera. Salió antes de casa con la excusa de adelantar trabajo.

Maribel ya estaba pidiendo los cafés. Había leído su mensaje llegando también antes.

Vaya chica… ¿a quién te vas a seducir hoy? ¿quieres engatusar a algún cliente?

Lo de ayer fue muy fuerte…

Cuenta, cuenta… con detalles eh!!!!!

La puso al corriente, sin entrar en detalles, cosa que Maribel ya sabía que obviaría. Siempre aparentaba ser muy recatada. Ella sabía como era realmente.

¿Te corriste… cuando te dijo lo de las tetas?

Qué bruta eres!!!!… cuando Andrés dijo eso, tuve como un flash y… acabé al instante.

Te corriste entonces pensando en el de los mensajes.

Tampoco es eso jolín… no pensaba en él… pensé en el mensaje en sí, en lo que decía.

No mentía, aunque tampoco decía toda la verdad… había obviado algún que otro detalle.

Realmente se le apareció la imagen de un hombre alto moreno, musculoso, con grandes manos y un gran pollón pidiéndole ver sus tetas. Un pollón… como el su ex. ¿Se había vuelto loca?

Aquel pollón le hizo descubrir sensaciones que nunca imaginó. Logró desatarle la lujuria más obscena y libidinosa que albergaba su ser. De aquello hacía ya muchos años. Andrés no sabía nada de aquello… nunca se atrevió a contárselo. Le daba vergüenza.

Paula… ¿me escuchas?... ¿estás bien?... ¿dónde estabas?... estas acalorada… ¿te encuentras bien?

Si, si… perdona… estaba pensando en la propuesta comercial.

Ya… la propuesta comercial... supongo.

No se había enterado de nada de lo que su amiga le contaba. Estaba incomoda rememorando aquellos tiempos. ¿Le había venido la regla? Subieron a la oficina antes de hora, pasando por el lavabo para comprobar que no le había venido la menstruación. Tan solo estaba mojada… excesivamente mojada. ¿Se había corrido?

La mañana fue horrible, no lograba concentrarse, no daba una. Comprobaba constantemente el móvil, pero nada, sin novedad alguna. Hoy se sentía especialmente atractiva con el vestido gris. Se ajustaba a su contorno marcando y estilizando su figura… la estrecha cintura, el generoso culo… pero sobre todo le dibujaba perfectamente el busto.

"Simplemente DIVINA. Contemplaría durante horas ese maravilloso cuerpo con el vestido gris. Daria cualquier cosa por recorrer tus piernas sintiendo el tacto de los pantys y acariciando tus nalgas. Me encanta tu culo. ME TIENES LOCO."

Sonrió al leer el nuevo mensaje recibido. Era una inyección de moral para su ego. Era lo que estaba esperando.

"Quién eres? Nos conocemos? Por qué no quieres hablar conmigo? me tienes intrigada."

Lo había hecho sin pensar, sin medir las palabras. Tal vez no debería haberlo escrito así… sólo tal vez.

"Soy tu admirador. Verte a diario es lo que me anima a seguir con esta locura que me supera. No puedo dejar de masturbarme pensando en ti. En lo que llevarás puesto, en cómo será tu ropa interior, en cómo olerá, en cuánto me gustaría poder disfrutar de ti y lo que haría para darte el máximo placer. Apareces en mis fantasías despertando los deseos más lujuriosos que nunca he tenido. Si vieras cómo estoy…"

Admirador, verte a diario, masturbarme, como olerás…. el cosquilleo en su estómago crecía exponencialmente a medida que releía el texto una y otra vez. Se sentía turbada. Miraba constantemente a través de las mamparas del despacho. Maribel estaba reunida… joder ahora que la necesitaba.

"qué quieres decir? cómo estas?"

Tonta, tonta, tonta…más que tonta, había caído por completo en su juego. No, simplemente le apetecía jugar a ella también.

"Caliente… muy caliente por ti. Tengo la polla como un tronco pensando en tus tetas dándole cobijo y en tu lengua recorriendo el glande… ¿quieres comerme la polla?"

No se andaba por las ramas, era claro y directo. El teléfono interno la hizo caer de la nube. Tenía un paquete en recepción. Hizo que se lo subieran, no se atrevía a andar por la oficina con el sofocón que tenía. Lo notarían de inmediato.

El sobre marrón era acolchado. Contenía una pequeña caja con un tanga crudo de algodón. De lo más corriente, nada del otro mundo. Una nota mecanografiada…

"Cámbiate de bragas y ponte estas nuevas. Las que llevas déjalas en el sobre y se lo devuelves al mensajero. QUIERO OLERTE"

Joder, joder, joder… ¿en qué lío se había metido…? ¿dónde estaba Maribel…? Todos la miraban… No, nadie miraba… Nadie había visto nada.

Llamó a recepción. Le confirmaron que el mensajero aguardaba una entrega de vuelta. De regreso del lavabo se aseguró de precintar el sobre con varias tiras de celo y lo grapó también.

¿Y te cambiaste en el lavabo?

Si… –dijo muy flojito, avergonzada.

Bueno, tampoco es para tanto mujer. Era sólo un tanga… ¿estaba mojado? jajajaja

Vete a la mierda Maribel… Si Andrés se enterara…. me mataría.

Pues que no se entere o… ¿te controla las bragas? jajajaja

La verdad es que me resultó morboso en ese momento.

Ufff ya me gustaría a mí que me pasara algo similar!!!

Había puesto al corriente a Maribel mientras almorzaban en un restaurante al que no iba nadie de la oficina. El teléfono vibró en la mesa dos veces seguidas… se miraron.

"GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS…ME ENCANTA TU OLOR…ME ACABO DE CORRER…"

El segundo mensaje era una imagen de un folio sobre una mesa. Era una foto suya tomada desde lejos. Se miró el vestido. La habían hecho hoy, era la misma ropa. Estaba cubierta de gran cantidad de algo brillante, viscoso y blanquecino… se lo imaginó de inmediato.

El calor invadió su cuerpo y la humedad apareció entre las piernas, los pezones se endurecieron, estaban desafiantes a través del vestido gris. Maribel lo vió… se sintió la incomodidad de nuevo entre sus piernas.

Se tomó la tarde libre, no podría trabajar en ese estado. Maribel la cubriría. Se fue a casa. ¿Se había vuelto loca? ¿Qué le estaba pasando? Se sentía mal pensando en Andrés pero aquel jueguecito le estaba dando mucho morbo.

Andrés no estaba en casa, estaría en algún cliente. Tenía tiempo para ella antes de que nadie la molestara. Se sentó frente al ordenador a jugar una partida de cartas con una copa de vino. Quería evadirse un rato.

A los pocos minutos el móvil se encendió mostrando un nuevo mensaje recibido.

"Me embriaga el olor de tu coñito… también quiero saborearlo. ¿Me dejarías comerte el coño? ¿Te gustaría correrte en mi boca? Me lo bebería todo y te haría saborear mi rica leche. ¿Te apetece?"

Se fue a la habitación. Sin saber por qué, sin pensarlo se quitó las botas, los pantys y el nuevo tanga. Lo olió mientas veía su imagen reflejada. Sentada en la cama frente al espejo del armario.

Podía ver su coño. Los labios entre abiertos brillaban. Estaba excitada. Se subió el vestido hasta la cintura. Abrió más las piernas subiendo una de ellas a la cama. Ahora se apreciaba mejor…. Click

Miró la imagen en la pantalla. Sus muslos, un poco de la cama y en primer plano su coño brillante con los labios abiertos en espera de abrazar al ser esperado… la envió. Podría ser de cualquiera.

Con el dedo medio recorrió el interior de sus labios vaginales de abajo a arriba pringándose del lubricante flujo que albergaba. Lo olió turbándose con el aroma y lo llevó a su boca. El sabor le hizo rememorar tiempos pasados… la enorme polla de su ex apareció desde su subconsciente.

Del último cajón de la mesita de noche, debajo de algunas prendas, encontró lo que buscaba. Hacía meses que no lo utilizaban. No era amante de los consoladores, los encontraba fríos. En cambio a Andrés le encantaba jugar con ellos. Le había regalado tres. Recibió la respuesta.

"Ummm… eres fantástica. Eres lo mejor que me podía pasar. Sabía que eras morbosa. ¿te gustaría sentir mi lengua en ese coñazo? Lo recorrería entero hasta saciarme…luego enterraría mi polla en él hasta el fondo… hasta oírte gemir de placer. Te pondría a cuatro patas para clavártela fuerte…bien fuerte. Seguro que te gusta que te den fuerte… verdad zorra? Seguro que me pedirías más…y más…

QUIERO FOLLARTE!!!!! QUIERO LLENARTE CON MI LECHE!!!!"

El consolador tocaba ya el fondo de su vagina mientras releía el mensaje. Lo sacaba y metía violentamente de su interior produciéndole oleadas de placer. Zorra, le había dicho zorra. Aquel desgraciado la ponía muy caliente.

Imaginaba su polla como aquel consolador, seguro que eran idénticas. Rígida, dura, con las venas bien marcadas, de 18 cms o más y con un prepucio enorme… que se clavaba hasta llegar a lo más profundo de su ser. Chof, chof, chof… el sonido de su coño encharcado disparaba aún más su lujuria.

Imaginaba las embestidas fuertes, profundas que se le clavaban en lo más profundo de su alma como estaba haciendo aquella polla artificial.

Si estuviera allí con ella… no se podría resistir a lo que le pidiera. Deseaba conocer a aquel caradura que, con tan poco, conseguía encenderla tanto. Se vio a sí misma en el espejo.

Espatarrada, con las piernas en alto, veía hasta el agujerito de su esfínter. Le dejaría follarle el culo si se lo pidiera. El consolador estaba hundido hasta el fondo. Sólo se apreciaba el botón rojo que regula la vibración… ni siquiera lo había encendido. Si Andrés la viera…

"Quiero conocerte en persona. Cuanto antes."

Lo envió, estaba decidida, pasara lo que pasara. Lo asumiría. No podía estar más tiempo con aquella incertidumbre. Debía… quería despojarse de aquella inquietud. Pesara a quien pesara… pobre Andrés pensó también.

"Cuando quieras…eso es fácil de arreglar. Es sencillo. Las cosas siempre son más simples de lo que parecen…"

Una sensación heladora invadió su cuerpo como un jarro de agua fría. Vio un destello rojo en la entrada de su habitación. No le dio tiempo a nada más. Una figura masculina se abalanzó sobre ella tapándole la cara con alguna prenda. Parecía una de las toallas del baño.

Intentó gritar mientras trataba de protegerse pero la presión de la mano en la boca se lo impidió. Golpeó la espalda de su agresor. Intentó arañarle. El consolador se clavó en el fondo de su vagina en el forcejeo. Dio un respingo del dolor que sintió.

Chsssssssssssssssss

Intentó patalear pero fue peor, el consolador dificultaba sus movimientos. La pierna de su agresor lo empujaba hacía dentro con el forcejeo. Imaginó que le desgarraría las paredes vaginales si hacía movimientos bruscos.

chsssssssssssss tranquila. No te muevas, será peor. No quiero hacerte daño.

Aquella voz era extraña. Se notaba forzada pero… le era familiar. La había oído antes. Recordó que un gran porcentaje de abusos sexuales se producen en al ámbito más próximo a la víctima.

La presión que la atenazaba disminuyó a medida que dejaba de forcejear. Las fuerzas no estaban equilibradas, era mejor no oponer resistencia. Se rindió a su suerte.

Las manos empezaron a recorrer sus piernas, sus nalgas subiendo por la cintura hasta tocarle los pechos. Entendió el mensaje…

Sintió un escalofrío desde lo más profundo de su vagina. Había puesto en marcha el vibrador masajeando todo su interior. Su pezón se endureció por el tacto de aquella mano… aquellas caricias…

El agresor se desplazó poniéndose a su lado. Ahora podría levantarse… pero no lo hizo. Las manos recorrían su cuerpo como sin tener destino fijo. Le recordó a uno de sus novios de adolescente cuando se dejó meter mano por primera vez. Quería abarcar más de lo que podía. Se estaba excitando de nuevo.

El consolador estaba dirigido, notó como lo removía en su interior haciéndolo girar suavemente mientras retrocedía muy poco a poco. Podía imaginar el dibujo que el glande de silicona trazaba en su vagina al salir. Era una nueva sensación…

arggggg….. argggggg.

Una oleada de placer… aquel contacto húmedo en su clítoris… Le estaban comiendo el coño!!!! Le faltaba el aire en los pulmones, se tensó… estalló en un gran orgasmo…

siiiiii….. joder siiiiii….. arggggggggg

Había estado todo el día caliente. Como perra en celo. Seguía comiéndole el coño pero ahora de una forma más suave. La lengua lamía dulcemente los lugares que antes ocupaba la polla artificial. Se empacharía de flujos, se había corrido abundantemente… podía notar cómo el reguero de líquidos resbalaba lentamente hacía su esfínter… ¿le follaría el culo?

Movió la mano derecha, sin intención alguna, y notó el contacto de algo húmedo en el brazo. Apartó levemente la toalla de la cara. Sólo vio una polla babeante a escasos centímetros de su cara. Un nuevo hilo de líquido preseminal caía desde el glande hasta su brazo.

La cogió con la mano derecha con la intención de estrujársela junto con los huevos rasurados y someterlo pillándolo por sorpresa pero estaba dura, muy dura y babeante. Esa polla... esa polla...

Se incorporó un poco sobre los brazos mientras su agresor seguía oculto en el coño. La lengua jugaba ahora en su esfínter dibujando círculos sobre él y de vez en cuando, lo intentaba penetrar. Le estaba dilatando el culo… le encantaba!!!!.

Llevó su boca hasta la polla para recoger con la lengua el hilo que pendía del glande… una sonrisa se dibujó en su cara.

Ya no era su agresor. No la estaban sometiendo. No había forcejeo ni violencia… todo era consentido

Un dedo invasor se introdujo en su ano produciéndole un gran placer. Lo deseaba como hacía tiempo que no le pasaba. Lo miró a la cara. Él también la miraba sonriendo.

Siempre… he querido llegar a casa y encontrarte como ahora... –el dedo continuaba la labor de prospección anal.

cabrito… ummm….menudo susto… me has dado… -su mano apretaba con más fuerza la polla haciendo que el glande aumentara su tonalidad rojiza.

un segundo dedo se abrió pasó en la fosa anal mientas esbozaba una extraña sonrisa.

Las cosas siempre son más simples de lo que parecen…

Inquieta miró alrededor de ellos. Sobre la cama estaba la cámara de video con la luz roja en el frontal. El muy cabrón la estaba grabando en video pero… ¿desde cuando?

Junto a la cámara había un sobre marrón acolchado abierto, a su lado el tanga que se había puesto aquella mañana.

Un teléfono que no le había visto nunca y una foto suya impresa con una mancha blanquecina sobre ella.

Aquello era simple. Muy simple de entender … se trataba de un nuevo inicio en sus vidas.